El tsunami de robos y crímenes que ha
arropado a Puerto Rico, nos ha llevado a tomar medidas de seguridad que para
una persona que no reside en la Isla le pueden parecer absurdas. No les puedo
brindar las estadísticas de escalamientos y apropiación ilegal, porque lo que
hay es un meollo que no se sabe ni el número que es. No entiendo porque, porque
en este país esas cosas no suceden y mucho menos para beneficiar a un candidato
a la gobernación. No, este no es el tema Milly, “focus”.
El kit de seguridad boricua incluye no dejar
la cartera, celular o hasta el cargador del celular a plena vista en el
vehículo. Es sumamente importante no caminar en las noches por áreas oscuras (tan
ricas que son las caminatas bajo la luna) y como olvidar los requisitos básicos
cuando adquieres una propiedad. Numero uno, rejas por todas partes, alarma y
cámaras de seguridad. Ah, se me olvidaba el perro, el perro debe ladrar fuerte
y estar entrenado para atacar a algún extraño que se acerque a su hogar. No
olviden destruir las cajas de los aparatos electrónicos que han comprado, la
basura habla y algunos basureros también.
Ten la llave a la mano cuando estés caminando al estacionamiento, cosa
de rápido abrir el vehículo, montarte y poner los seguros lo antes posible. Si
andas solo, no olvides mirar para el asiento de atrás, no vaya a ser que se
haya cola’o un caco. Cuando escuches las ráfagas de tiros, tírate al suelo y
pon en práctica lo que has aprendido en “Call of Duty”.
Los comerciantes no se han quedado atrás con
sus medidas de seguridad, aparte de las cámaras, guardias de seguridad y
“pines” de seguridad en los artículos. De un tiempo para acá, el café debe
estar bajo llave, y cada rato escuchamos el bendito “page” de mercancía en
movimiento. Lo absurdo lo vi hoy en una tienda por departamentos, los carritos
de compras tienen un “pin” de seguridad en el cinturón. ¿Quién rayo se roba un
carrito de compras? Será para recoger latas o cargas “casquivaches” porque no
le veo otro uso.
La fama del terror boricua se ha esparcido
por muchos lugares. El año pasado veía una propiedad con una corredora de
bienes raíces en el estado de la Florida. Luego de hacer el “tour” por la
misma, la corredora me dice: Lo más importante es que aquí yo no le pongo
seguro al carro y no vivo aterrorizada como viven ustedes en Puerto Rico. ¡Qué
vergüenza para el pueblo de Puerto Rico!, como diría doña Sila.
Cierto y lamentable como vivimos, el ciudadano común tiene que vivir más encerrados que los mismos maleantes en una prisión de miedo y rejas. El crimen se ha apoderado de la isla, que lamentablemente ya dejó de ser isla del encanto para ser la isla del espanto!! Gracias Milly por complacer peticiones :-)
ResponderEliminarQue bien lo describes. Así vivimos todo y es una pena que ya uno no pueda salir relax a dar una vuelta. Ni siquiera me siento segura al regresar a mi casa. Me preocupa mucho el futuro de nuestros chicos!
ResponderEliminarGracias por sus comentarios!
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