EL ESTATUS MOGOLLA

Hace par de días un lector me solicitó que emitiera mi opinión referente al estatus de Puerto Rico. Antes de emitir cualquier declaración referente al estatus de la Isla, creo que mi deber como ciudadana que se preocupa genuinamente por su País, es expresarme acerca de la “mogolla” que estamos viviendo. Este fin de semana una sexagenaria falleció a causas de heridas recibidas en un accidente en un “four track” que conducía un menor de 8 años. Que alguien me explique que rayos hacia un menor corriendo un “four track” en la carretera. Entonces ahora para no dejar de tener, tenemos a un menor que muy probable va a sufrir un trauma a causa del accidente en el cual una persona falleció cuando el iba al volante del vehículo todo terreno.

Ayer, en el pueblo de Coamo se celebró el conocido maratón San Blas y termino como el rosario de la aurora, a tiro limpio, como en el lejano oeste. Anoche un caballero que pernoctaba en la residencia de su suegra porque la misma estaba siendo acechada por delincuentes, fue asesinado de un balazo en la cabeza. La escena de película de terror que vivió una mujer anoche en Rio Piedras, la dejará marcada por el resto de su vida. El hombre con quien se había casado hace un año le infligió 8 puñaladas y la obligó a matarlo bajo amenaza de que la asesinaría a ella.  

Los acontecimientos antes mencionados no me permiten emitir declaración alguna sobre el estatus y sin embargo me motivan a preguntar: ¿Qué rayos es lo que está pasando en esta bendita Isla? Antes de pensar en un cambio de estatus, lo que me da vueltas en la cabeza es el cambio de materia gris en los cerebros de los habitantes de Puerto Rico. Gritamos improperios, las playas son un asco, la basura nos arropa, los niños actúan como pequeños maleantes, abuso sexual, crímenes de odio, abuso de drogas, asesinatos, tiroteos de carro a carro… y para de contar…

Yo creo que ya es hora de que hagamos un alto y busquemos una solución o al menos lo intentemos para no sonar muy fantasiosa, para el desastre que hay en la Isla. No el desastre que tanto se llenan la boca los políticos de turno, que le dejó la pasada administración, si no el desastre que nosotros mismos como habitantes de Puerto Rico hemos creado.

Muchos viven su vida pensando en el yo, y no en el todo. Una semana laboral estresante, la culminan jartándose de ron y actuando como idiotas alcoholizados. Chorro de irresponsables, conduciendo un vehículo de motor con sus venas llenas de alcohol. Son tan criminales como el que anda con un arma de fuego en el bolsillo. Sus automóviles son proyectiles y en nada se diferencian a los maleantes de las calles. ¿Pasaste la llave el pasado viernes, o te arriesgaste a compartir la celda con un delincuente? Otros le quieren pasar por encima al otro para llegar a tiempo a su destino. Ahora la nueva modalidad, si le tocas bocinas te matan, fraudes vía teléfonica indicando que tienen un familiar secuestrado o que te has ganado un automóvil…  

Quisiera que los que están leyendo esta columna, me digan en que aportarán en el día de hoy, para arreglar la “mogolla” y luego hablamos del estatus.