El nene me salió pato

La gente de campo son personas extremadamente conservadoras. El que un integrante de la familia tuviera inclinaciones homosexuales era suficiente para desheredarlo, votarlo de la casa, darle una pela y avergonzarse de él.  Conocí un joven hace muchos años que evidentemente sentía atracción por otros jóvenes igual que el. Las niñas le daban asco y solo se sentía feliz cuando compartía con su grupo de amistades varones que compartían los mismos gustos que el. En mi pueblo los homosexuales no eran muy aceptados que digamos.  Recuerdo que en una ocasión casi se lo llevan preso y lo multaron por exposiciones deshonestas  por demostrarle amor a su pareja (del mismo sexo) en público. Los padres muy alarmados no podían asimilar la noticia de que su hijo fuera homosexual. Lo llevaron a retiros cristianos, le impedían salir a compartir con sus amigos e hicieron todo lo posible porque el joven no socializara con otros jóvenes por esto de que no fueran a costarse, y de esa forma empañar el apellido y la honra de la familia.  La madre, destruida solo se lamentaba porque su nene le salió pato.

Nunca he podido entender porque le llaman patos a los homosexuales, más allá de los atuendos que utilizan para la famosa parada “Gay”, yo nunca he visto que un homosexual tenga plumas, picos o cola. En cierta ocasión escuché una conversación de un hombre que decía muy orgulloso que en su familia no había patos, ese mismo hombre no permite que homosexuales entren a su hogar y me pregunto, ¿Si no hay patos en su familia y hay putas, no es peor la cosa?

Han pasado más de diez años y el joven por fin ha sido aceptado por su familia. Yo desconozco si esa madre le ha pedido perdón, pero me atrevo apostar que ese joven como hijo ha hecho lo imposible por hacer feliz a su madre y a diferencia de otros muchos que se pierden en las drogas y en la calle, este joven honra a su madre con el gran corazón que tiene hacia su familia y los demás.

Yo los invito a dejar la homofobia a un lado. Aquí todos somos iguales y la preferencia sexual no nos hace ser mejores o peores que otros. Si en otros países han permitido el matrimonio entre parejas del mismo sexo y le han concedido los mismos derechos de los heterosexuales, entonces vamos a dejarnos de mentes pequeñas y aceptar la diversidad sexual.   

Dedico estas letras a mis sobrinos, mi hermano, mis amigos y amigas que le han hecho frente a los prejuicios y al rechazo en contra de los homosexuales y aunque algunos no se han atrevido a “salir del closet”  ¡Los amo igual!